El hombre contemporáneo y la nueva realidad multicultural: conflictos, imágenes y estereotipos
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Resumen
Somos arrojados al lenguaje, decía Heidegger, expresando, así, su convicción de que el lenguaje no lo hacemos los hablantes y, por tanto, no nos pertenece; antes al contrario, él ha tomado posesión de nosotros. Hay quienes opinan, en cambio, que aunque el lenguaje solidifica de cierta manera las experiencias humanas, son éstas las que lo crean, lo orientan y lo determinan. Sea cual sea, en definitiva, la relación de servidumbre y sometimiento, sea cual sea el “dominador” y sea cual sea el “dominado” (nosotros -los hombres- o él -el lenguaje-), lo cierto es que la lengua materna tiene trascendental importancia en nuestra manera de captar el mundo, porque al adquirirla, adquirimos no sólo un mecanismo para verbalizar y transmitir el pensamiento, sino también un molde que encauza y guía nuestra actividad mental en determinadas direcciones; adquirimos, en suma, una visión del mundo particular que con frecuencia determina poderosamente nuestro actuar.